En tiempos de crisis, la creatividad es más importante que el conocimiento.
Desde la declaración de la pandemia por el Coronavirus (Covid 19), algunos roles de trabajo cambiaron y otros desaparecieron. Sin embargo, las pruebas que la crisis ha sometido a la humanidad han puesto en evidencia varios aspectos, entre ellos la productividad. La pandemia ha funcionado como un potenciador de las aptitudes y actitudes del ser humano, donde quienes ya eran productivos ahora han incrementado sus resultados, y quienes eran productivos han bajado a niveles cercanos a cero.
La vieja regla conocida del 80-20 indicaba que el 80% de la productividad de una empresa era generada por el 20% de sus empleados. La crisis a reafirmado "la nueva regla que señala que el 50% de la productividad es generada por la raíz cuadrada del número de empleados" - Jordan Petterson. Por ejemplo, 10 empleados generan el 50% de la productividad y 90 empleados el restante. Pero cuando la cantidad de empleados crece, la diferencia también. En una empresa de 10 mil empleados, tan solo 100 de ellos genera el 50% de la productividad y 9900 el otro 50%.
Esto ha orientado a las empresas a buscar sustituir o eliminar los roles que menos productividad generan, por plataformas que automaticen sus actividades. Dado que el costo operativo aumenta al disminuir la productividad, es de suma importancia para las empresas el optimizar sus recursos de tal forma que les permita mantener el flujo de capital mientras se reinventan (modo supervivencia).
La falta de pronósticos fiables en la duración del cierre de ciertos sectores económicos, así como la urgencia de la reactivación económica (por capitalización de las empresas o captación de impuestos de los gobiernos), evitan que se realice una planeación correcta que permita decidir el momento en el cual se deben implementar nuevas plataformas que terminen la transformación digital. También pueden existir otros puntos como el deseo de preservar y cuidar a los recursos humanos, pero mientras más pasa el tiempo más crítico se vuelven las decisiones. Pero no hay mejor momento más que ahora; a pesar de que ante los problemas el umbral de visión a futuro se reduce, es mejor comenzar a adaptarse ante la inevitable nueva realidad.
Para lograr lo mencionado, se requiere del apoyo de quienes ya han demostrado una mayor productividad durante la crisis. Pero también se requiere de quienes han demostrado iniciativa y proactividad en sus propias áreas, como en otras.